Iniciativa de Eco Desarrollo de Bahía de Jobos

En defensa del desarrollo sostenible y endógeno comunitario

Incubadoras transformadoras y solidarias

Nelson Reyes participó en el Encuentro Comunitario por la Democracia Participativa, organizado por IDEBAJO y Fundación Comunitaria.

Nelson Reyes participó en el Encuentro Comunitario por la Democracia Participativa, organizado por IDEBAJO y Fundación Comunitaria.

Caguas, Puerto Rico – Uno de los talleres que más expectación generó, a juzgar por el público asistente, fue el de «Incubación y emprendimientos comunitarios solidarios: Cuál es el modelo económico que queremos?». En el mismo tras la presentación de Yamil Colón, coordinador de Consejo Integral Comunitario de Barriada Morales, (Caguas) el primer invitado Nelson Reyes definió qué son las incubadoras de negocios y cómo funcionan. «La incubadora es como la siembra de una idea que se puede llegar a convertir -como los pollitos de las gallinas- en negocio pero claro, que necesita de un acompañamiento y unos cuidados que la comunidad les brinda».

Técnicamente según la National Business Incubator Association (NBIA) la incubación: “es un proceso de apoyo para empresas que acelera el desarrollo exitoso de las empresas nacientes y de reciente creación otorgando a los emprendedores/as un conjunto preciso de recursos y servicios”. Se trata de un proceso que puede ser público o privado, emprendedor, económico y social, diseñado para fomentar las ideas comerciales y las empresas que están empezando. Pero solo mediante un programa integral de apoyo empresarial se les puede ayudar a establecer y acelerar su crecimiento y éxito.

Existen diversos tipos de incubadoras explicó Reyes quien es miembro de la Asociación de Incubadoras de Microempresas Comunitarias y pionero en el tema. El primero es la Incubadora de hospedaje que es aquella que es acogida por una institución, por ejemplo una entidad comunitaria sin fines de lucro para acompanãr a la microempresas que aspiran a desarrollarse. El segundo es la Incubadora de acompañamiento que es la que ofrece al microempresario apoyo en obtener permisos y capacitación, y finalmente la Incubadora virtual.

Según la Association for Enterprise Opportunity los objetivos de las incubadoras son básicamente cuatro: desarrollar microempresas, reducir la pobreza, crear empleos, y fomentar el desarrollo económico comunitario.

El principal valor de las microempresas radica en que facilita y viabiliza las actividades de autogestión empresarial solidaria, generando procesos de «Emprendizaje» fundamentales para crear una cultura de autogestión empresarial que desde la solidaridad cree procesos de desarrollo económico comunitario y sea una estrategia contra la pobreza. «Puede ser una estrategia contra la desigualdad y minimiza el riesgo al comenzar un negocio» afirmó Reyes.

Hay lugares donde la incubación es incipiente y otros donde lleva algún un tiempo. Reyes comparó lo que les cuesta a los gobiernos en Europa  la creación de un empleo con procesos de incubación ($5,000) que contrastan con lo que cuesta por ejemplo al Gobierno mexicano que son $11,000 (datos del 2009). Parece ser que a mayor tiempo invirtiendo en este tipo de economía solidaria menor es su costo y mayores los beneficios que generan.

La incubación de micro empresas se inserta pues en la formación de una nueva cultura emprendedora en la que los valores como la generación y la distribución de riqueza, la independencia, la innovación, la creatividad, la auto-sustentación y la libertad y desarrollo económico. Estamos hablando no solo de proyectos que permiten a la gente ganarse la vida sino que transforman la sociedad.

La segunda invitada, Amárilis Pagán, relató la experiencia de la incubación en Matria, entidad de la que es líder como mecanismo para liberar y desarrollar a las mujeres maltratadas o que sufren pobreza, y que tratan de salir de su situación. El modelo de incubación del proyecto Matria dice que es liberador para esas mujeres porque hace hincapié en la desigualdad de género. Asegura que los seres que empiezan este proceso, son otros seres totalmente distintos cuando lo culminan: «son mujeres más seguras, más felices, su energía es distinta» afirma Pagán.

El proceso de la incubación de microempresas empieza en los talleres de capacitación que según dice, por sí solos no son a priori garantía de nada. Por ese motivo la mirada no puede ser solo empresarial: «En un proceso de incubación, el plan de negocios se trabaja con una mirada amplia y profunda que considera elementos de mercado, pero también la realidad de la persona empresaria». Ahí radica la diferencia entre las empresas tradicionales y las comunitarias, las segundas no persiguen solo el lucro, sino que de forma solidaria fomentan el desarrollo de la solidaridad, crean conciencia de clase y de género, y ayudan a desarrollar destrezas personales.

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Esta entrada fue publicada en 15/08/2013 por .